domingo, 19 de agosto de 2012

Tarta de queso

Tartas de queso hay muchas, probablemente más que cocineros, pues cada uno tiene su propia versión si no más de una.
En este caso presento una sencilla, en la que todo el dulce que lleva se limita a la cobertura de miel (si eres de los que no le gusta o aborrece la miel sustituyela por otro ingrediente como mermelada) y que se prepara en un momento como quien dice.
Hice el queso que presentó Nuria en una entrada anterior y uno de los usos que le di es esta tarta, para la que también he utilizado el suero de la leche al hacer el queso; Igual que con la miel, si no se tiene suero se puede sustituir por leche, o hacer una base típica de galleta con mantequilla fundida.
Por último, antes de pasar a describir la receta, las cantidades de los ingredientes son un poco a ojo, pues lo que he hecho a sido directamente ir montando dentro del molde de emplatar forrado con papel de horno para que sea más fácil desmoldarlo.

Ingredientes:
  • 5 - 6 galletas de avena
  • Suero de leche
  • 75 - 100 ml de crema fresca
  • 75 - 100 gr de queso fresco
  • Cacao puro en polvo
  • Miel
  • Hierbabuena

Elaboración:
Lo primero cortamos el papel de horno y forramos con él la cara interna del molde de emplatar, en este caso redondo. Lo colocamos sobre un plato de postre.
Cogemos las galletas y las trituramos; añadimos un poco de suero y vamos mezclando hasta obtener una masa compacta. Iremos añadiendo suero poco a poco y según lo necesitemos.
Con la "pasta" de galletas cubrimos el interior del molde para hacer la base, presionando ligeramente. Introducimos la base en el congelador para que se endurezca mientras vamos preparando el resto.
En un recipiente echamos el queso fresco y lo aplastamos con un tenedor. Añadimos la nata fresca  y mezclamos hasta tener una crema homogénea, sin grumos y no demasiado líquida, sino más bien semisólida.
Sacamos la base del congelador (con 12 - 15 minutos habrá sido suficiente para que se compacte) y espolvoreamos el cacao en polvo.
Por último echamos la crema de queso, siempre sin retirar el mode, y refrigeramos unas horas para que "coja cuerpo". Lo podemos hacer el día antes, por ejemplo, y la tomamos fresca. A la hora de guardarla en el frigorífico la cubrimos con film transparente para que no coja sabores de otros alimentos.
En el momento que la vayamos acomer la retiramos del frigorífico, retiramos el molde y el papel de horno y regamos la superficie con un poco de miel. Espolvoreamos hierbabuena por encima para darle un sabor muy particular y disfrutamos de un dulce no muy dulce, un postre que pondrá la guinda a una comida.



MGJ.