martes, 22 de enero de 2013

                   
                                                       MUFFINS BRAUNI


Estos muffins son nada complicados, las copie de un blog donde habia solo cometarios positivos. La receta es muy facil de hacer, se hace todo en el mismo bol, luego no hay que limpiar muchos cacharros. Solo hay dos cosas importantes para que salgan bien: poner ingredientes de calidad y no pasarse de tiempo de cocion.

Ingredientes:
200 gr de  chocolate negro
120 gr de mantequilla
15 gr de cacao puro
200 gr de azucar
95 gr de harina
3 huevos
1 pizca de sal
1 vainilla
1/2 vaso de nueces a trozos

Preparacion
En un bol  a baño Maria se pone el chocolate en trozos y mantequilla hasta que se funden bien.Se reetira del fuego y se añaden el cacao, el azucar y  se remueve bien.Luego se añaden los huevos 1 x 1 sin dejar de remover.Seguimos con   la harina con la sal y la vainilla.Al final se ponen los nueces.
De ésta dosis salen 15 muffins.Se hornean en horno previamente calentado a 180ºC con ventilador.
El tiempo exacto  son 25 minutos.  Cuando se hace la prueba con el palillo de madera sale un poquito pegado  con migas mojadas.  Asi conseguimos una capa por encima durita y crujiente y en medio está blandito y jugoso.

sábado, 5 de enero de 2013

Intxaursalsa


Estaba escuchando la radio la primera vez que oí hablar de este postre; entrevistaban a un repostero vasco cuando entra una llamada telefónica y le pide que le recuerde cómo se hace la intxaursalsa, pues su madre se la hacía en su niñez. Me llamó tanto la atención el nombre, además de no haber oído nunca antes mencionarlo, que inmediatamente hice una búsqueda en Google para saber más.
En euskera "intxaur" significa nueces y "salsa" es crema, por lo que la traducción literal es "crema de nueces". Resultaba ser un postre típico de Navidad, más concretamente de la cena de Nochebuena en los caseríos del País Vasco, sobre todo en la zona de Guipúzcoa, hace unos 150 años. Es una región donde abundan las nueces, por lo que tiene su lógica, pues la abundancia de estos frutos de otoño permite la elaboración de recetas a base de ellos.
Como pasa habitualmente se encuentran infinidad de recetas, todas ellas con la misma base pero con diferencias entre sí, unas veces sutiles, otras más llamativas; al fin y al cabo, en cada casa o cada cocinero suele tener su propia receta o versión: unas veces se pasa por la batidora para tener una crema fina, otras se cocina en mezcla de leche y agua, hay quien primero cocina las nueces sin el azúcar y lo añade al final y quien incorpora todos los ingredientes desde el principio (sin hablar de la versión dulce con bacalao y/o chocolate). En resumen, se puede decir que es un postre similar a un arroz con leche en el que se sustituye el cereal por nueces, aunque en lugar de infusionar la leche con canela y limón se suele hacer sólo con la primera.
En mi caso he preferido no pasar por la batidora la crema porque creo que en aquellos tiempos la forma de triturar las nueces sería de forma manual y no las dejarían como una harina y porque quería que se apreciasen trocitos de nuez al comerlo.
Finalmente, el tiempo de cocción es relativamente elevado, pues para una única ración me ha llevado algo más de media hora, pero el resultado final merece la pena, más cuando es un dulce que probablemente no prepararemos con excesiva frecuencia.
El sabor me ha sorprendido por lo poco habitual, una mezcla de nuez y canela, dulce... genial.

Ingredientes:
Nº raciones: 1

  1. 200 ml. de leche
  2. 50 gr. de nueces, peladas
  3. 50 gr. de azúcar
  4. 1 rama de canela


Elaboración:
Trituramos las nueces con la ayuda de un molinillo o si no tenemos, como en mi caso, introduciéndolas en una bolsa y pasando el rodillo; cuanto más las trituremos más fina quedará la crema final.
En la cazuela echamos todos los ingredientes (leche, canela, nueces y azúcar) y cocinamos a fuego medio removiéndolo para evitar que se pegue a la cazuela.
Cocinamos durante media hora más o menos, tal vez un poco más, hasta que va espesando la crema por la grasa que van soltando las nueces y porque va reduciéndose la leche; hay que tener en cuenta que una vez fría engorda un poco más. Si queremos que quede bien fina la podemos pasar por la batidora una vez lista, según los gustos.
Veremos como va adquiriendo un color tostado a medida que la vamos cocinando, además de ir apreciando el aroma que desprende.
Una vez conseguida la textura deseada la retiramos del fuego y dejamos reposar unos momentos. La echamos en el recipiente en que la serviremos y reservamos hasta consumirla.
Para la degustación, a temperatura ambiente o templada según los gustos. Hay quien la acompaña de un queso de oveja y membrillo...
Animaos a probarla, dedicadle un poco de tiempo un día y juzgad si ha merecido la pena. Yo creo que sí.
 
MGJ.